El ecoturismo, frecuentemente confundido con los deportes de riesgo, pero en realidad consiste en visitas a las áreas geográficas relativamente inalteradas, con la finalidad de disfrutar y apreciar sus atractivos naturales o culturales, por medio de un proceso que promueve la conservación, tiene bajo impacto ambiental y propicia la participación activa de las poblaciones locales en los procesos de planificación y en la distribución de sus beneficios. El Caribe Mexicano es conocido por su riqueza arqueológica y por algunas de sus playas y arrecifes; sin embargo, es casi desconocido en lo que respecta a la variedad y alto interés científico y turístico de su patrimonio natural. El turismo, profesionalmente organizado y eficazmente orientado por los especialistas en la materia, puede contribuir de forma decisiva a la conservación de tan rico patrimonio, permitiendo al visitante disfrutar de un entorno natural tan variado como atractivo.

Aunque existen difentes interpretaciones, por lo general el turismo ecológico se promueve como un turismo "ético", en el cual también se presume como primordial el bienestar de las poblaciones locales, y tal presunción por lo general se refleja en la estructura y funcionamiento de las empresas/grupos/cooperativas que se dedican a ofrecer tal servicio. Pese a la cortedad relativa de su existencia, el ecoturismo es visto por varios grupos conservacionistas, instituciones internacionales y gobiernos como una alternativa viable de desarrollo sostenible. Existen países como Costa Rica, Kenya, Madagascar, Nepal y Ecuador donde el ecoturismo detiene en efecto una parte significativa de los ingresos de divisas del rubro turístico. Hay que notar también que el turismo ecológico ha sido criticado por su carencia de estándares y criterios de homologación fiables, que tienden a provocar que experiencias que no merecerían el título de ecoturismo, lo utilicen como un medio para mejorar su imagen pública (por ejemplo, el hecho de poner un gran complejo hotelero tradicional en un lugar prístino o de belleza singular para aprovecharse de ese hecho).

Hoy que la humanidad empieza a despertar sobre la trascendencia que tiene la conservación de la naturaleza, el Caribe Mexicano constituye, casi en su totalidad, un objetivo de las instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, para preservar la riqueza de su flora y fauna. La fragilidad del arrecife de coral, de los manglares y esteros, de la selva tropical, del bosque nublado y la calidad de las aguas de sus mares, Ríos y lagos, así como el peligro en que se encuentra la variada fauna que puebla los diferentes habitantes, exigen un esfuerzo coordinado de los habitantes que viven en los espacios en peligro con las instituciones para preservar una región hoy amenazada por la pobreza, ignorancia y el lucro fácil de una minoría. En el Caribe Mexicano existen muchas empresas que se dedican al Ecoturismo, tales como los Parques Ecológicos de Xel-há, el Garafón y Xcaret.